Las lágrimas de mi sangre son las letras de tu nombre
y la noche una mano con que la muerte toca mi rostro
el polvo recorre el muro donde desaparece
la sombra de las horas
allá donde el mar deja de ver el cielo
el viento escucha nuestro nombre
las ramas señalan al sol que se queda quieto
en las frentes de las multitudes y en las calles
el aire busca en el humo las voces de los muertos
las luces borran tu sombra del silencio
el espejo siente cómo el horizonte se aleja de mis
pasos
y las cenizas escriben en un susurro palabras ciegas
solo vistas por el fuego
mi voz tiene el mismo sonido que el reloj cuando nadie le
oye
y en la ventana solo queda un puerto
donde la lluvia se detiene a mirar cómo nos quedamos solos
los días son pasos del tiempo caminando por el olvido.