sábado, 27 de julio de 2013

Segundos

El aire cruza las horas como una mano herida
mis pasos están en el cuarto
pero mi piel está en el campo
la mirada que atraviesa las farolas está en otra cara
y la música pasa con los ojos cerrados por la memoria
mi voz está rodeada de humo
y el sol anda ciego como el polvo.
La mañana yace detrás de las lámparas
y parece un incendio muerto la lluvia.
Hay nubes arrastrándose desde días pasados
como espejos rotos, recorriendo tu frente
y aún los muertos tienen la sombra
del árbol en los párpados.
¿No sientes cómo cae el polvo sobre las palabras
y cómo el océano cruza nuestras huellas?
Un mismo abismo pasa por distintas cicatrices
y no hay relojes entre la tarde y la noche.
El ocaso no toca las manchas de las ventanas
y en mis pensamientos se detienen 
todos los veranos que rasgaron mi sangre.
Las hojas y esa fogata sostienen la niebla.
El olvido es lo que se queda y ya no podemos tocar.
El tiempo se arrastrará hasta el último latido
como una mirada que cruza la oscuridad. 

Muelles

El sol está detenido
entre la luz de la luna y la noche
mis pupilas y las espinas rasgan el aire
la brisa mueve la sombra de los árboles
y el ocaso siente los pasos del viento
tú cuentas las nubes que pasan sobre esta frase
mientras estas palabras quitan cenizas de la soledad
yo ando a ciegas por lo blanco mis ojos
y mis pensamientos tienen huellas de tus manos
tu pasado es las últimas lágrimas del silencio
el poniente nunca tocará mis latidos
y entre los susurros quedarán manchas de tinta
tus ojeras tiemblan cerca de las horas
los ecos de las calles rodean las farolas
y el polvo ya no pone letras en el humo
la madrugada sostiene mi sangre
las venas del agua se enredan en las ramas
y yo camino bajo cables, por grietas, ruidos
luces, briznas, caras, charcos y hojas
velas laten en tu voz
mis párpados titilan en la borrasca
y el silencio recorre las cicatrices de la arena
El cielo se arrastra como una ola
que, lentamente, se lleva los días



Ventana rota

¿Cuándo mirabas la ventana
estaban tus manos junto a estas letras?
¿Y cuándo buscaste el océano
se detuvo la brisa en mis latidos?
Alrededor de mis párrafos vaga la madrugada
y detrás de las últimas lágrimas del polvo
nunca caerán mis párpados
El cielo se queda quieto sobre tus pensamientos
y la mañana es tan azul
que parece estar sobre el desierto.
Mis ojos se mueven, como dos péndulos, por el pasado
y es el horizonte la única grieta en mis pupilas.
Sólo la lluvia se ha quedado callada
y el sol ya no toca las palabras que cruzó el silencio.
Los días pasan sin mi sangre
pero la tarde es el centro de mi voz
Ahora mi memoria recorre las hojas
como una mirada que no está aquí
y ya no son cenizas nuestras huellas
y todavía queda humo en tus dedos.
Mi cansancio es tiempo muerto
entre mi piel y las horas
y entre la muerte y la oscuridad
están todos los rostros.

viernes, 28 de junio de 2013

Se está haciendo tarde

El horizonte está bajo las nubes
la noche cae sobre las horas
y no hay nadie caminando por mis murmullos

las lágrimas son cenizas de la sangre
y tu boca una huella en la arena

la oscuridad siente mis ojos y se queda ciega
tus pensamientos laten en el abismo
el ocaso cruza puentes y ventanas

 ¿Acaso pasa la lluvia sobre mis venas?
tu sombra lleva mis lágrimas
y los péndulos y las grietas rasgan mi voz

Las ramas tiemblan como manecillas de reloj
en el centro de la palabra muerte

Tus dedos palpan la tesitura del aire
y las 6 cuerdas quitan gotas y notas de la brisa
las velas recorren nuestros rostros
y el silencio anda por la hierba
que no tocó el frío ni la tarde

Hace días que no se oye el fuego
y los árboles que miraste  
dejan ya sus hojas en mis pensamientos
después de las olas nos quedamos callados
y junto al humo se quedaron mis pupilas 

La niebla siempre está en la soledad
y no hay espejos en la memoria

jueves, 16 de mayo de 2013

Palimpsesto de Rilke


El cielo ya no se levanta, cual ola que desplaza
los días, cuando se desvanecen.
Calles de niebla titilan más lejanas
en tus ojos. De los horizontes cuelga,

montón de lágrimas, la lluvia,
cansada, boca abajo, como ciega.
Mas del fondo de viejas cicatrices de llanura  
se alza una fuerza: como si en una noche

el general del mar doblara los barcos
que hay en el puerto, en vela,
para embarcar ya el próximo aire de la mañana

con una flota que, bogando, súbita,
se reúne y, con todas las banderas al sol,
encuentra el viento grande, refulgente, fatal.

lunes, 15 de abril de 2013

Bifurcaciones


Camino para alejarme de mí mismo
aquí es más verde la palabra tiempo
los segundos se acercan a mi rostro
y en todo el desierto solo se mueven mis pensamientos.
Ya son otras las manos que sienten
cómo los incendios se acercan a la soledad
y otro el humo que toca la muerte
¿No basta cerrar los ojos para mirar la eternidad?
En tu memoria no tienen sombra los árboles
y mis oídos ya no pueden tocar los ecos.
Mis párpados cerrados son dos huellas en la arena
y tu mirada la sombra de alguien oyendo la lluvia.
El silencio rodea el polvo que levantan las letras
y todos estos sonidos nos sostienen las lágrimas
Las tardes y noches traman un laberinto
no un renglón; mis pasos tocan el centro
pero yo no sé dónde está mi sangre.
Los días pasan y el tiempo se queda quieto.

viernes, 5 de abril de 2013

Ladera


Camino para alejarme de mí mismo
las montañas dejan el horizonte más cerca de las piedras
y el viento es el único que siente mis pasos
cuando me quedo solo
la niebla pasa sin tocar la hierba
y el tiempo se va sin detenerse en nuestra piel
la noche se queda con menos letras que la palabra silencio
y las lluvias tienen más gotas cuando las toca el pasado
¿No es de otro cielo la tarde sobre nuestras cabezas
y no son mis labios una navaja manchada
con la sangre de alguien más?
El sol ya no siente los sonidos del desierto
los dedos de tu sombra tocan el fuego
y en tus pensamientos nunca dejaran de caer
las últimas notas de la música
el viento se aleja de la muerte y la brisa
antes de caer ya nos ha tocado la voz.
Mis palabras solo pueden tocar el polvo y el humo
y mis ojos ya no pueden llegar a mi rostro.
Tu cara es una lámpara
que solo puedo ver cuando ya está apagada.
Los ciegos tenemos más lejos el alma. 

Ya no sé hasta cuándo


Las lágrimas del espejo son los pasos de un ciego
tus manos son mi nombre cuando nadie lo escribe
ahora el sonido de la lluvia sigue a los pájaros
y los dedos de mi sombra tocan tu memoria
el viento mueve los pensamientos del humo
y todavía queda sangre en los labios del incendio.
estos susurros caen más lejos del sol
y solo las cenizas y el horizonte llegan al desierto.
Mis ojos son piedras que rasgan el acantilado
y todas las bocas ecos que se quedan quietos
la noche ya no mueve las huellas del océano
y a mi voz la rodean los escombros de la tarde.
Siento los pasos de la soledad acercarse a mi frente
y cómo la niebla toca las lámparas como una mano ciega
y cómo el tiempo y el ocaso nos tocan las sienes
No me digas cómo pasan los días
y que el sol y el silencio son la misma mirada
y que los niños empiezan a quedarse callados
yo ya no la vi pasar
terminaremos siendo
una letra más en la palabra
nunca.

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