Saber que las velas y focos no son mis ojos
no me hace menos ciego
y la luz que nadie ve
no es menos oscuridad
mi rostro está más cerca
cuando no lo estoy viendo
y las palabras se mueven más como mi voz que como las cosas
mis pensamientos no son una mirada más pálida
al despertar recordar el pasado es lo mismo
que recordar un sueño
y son los abismos las noches que se han ido.
Todos los ecos son el oído.
Vista demasiado tiempo
la piedra termina pareciendo humo
como una palabra dicha tantas veces
que deja de moverse
La luz y luego humo
¿El fuego no fue también un párpado?
¿Y no será el fantasma de tantos muertos?
¿Y el fuego no es la vela de un barco hundido?
El camino por el que avanzan los días
es toda nuestras huellas
y cuando todos los relojes se detengan
el sol avanzará por todos los caminos
que el tiempo dejó en blanco.
El mundo es todas las miradas encadenadas.