sábado, 8 de febrero de 2014

Otra semana con cuatro domingos

Saber que las velas y focos no son mis ojos
no me hace menos ciego
y la luz que nadie ve
no es menos oscuridad  
mi rostro está más cerca
cuando no lo estoy viendo
y las palabras se mueven más como mi voz que como las cosas
mis pensamientos no son una mirada más pálida
al despertar recordar el pasado es lo mismo
que recordar un sueño
y son los abismos las noches que se han ido.
Todos los ecos son el oído.
Vista demasiado tiempo
la piedra termina pareciendo humo
como una palabra dicha tantas veces
que deja de moverse

La luz y luego humo
¿El fuego no fue también un párpado?
¿Y no será el fantasma de tantos muertos?
¿Y el fuego no es la vela de un barco hundido?

El camino por el que avanzan los días
es toda nuestras huellas
y cuando todos los relojes se detengan
el sol avanzará por todos los caminos
que el tiempo dejó en blanco.

El mundo es todas las miradas encadenadas.

miércoles, 29 de enero de 2014

Lámparas

Ningún sol señala los días que vendrán
el aire siente mis párpados como dos hojas secas
y pasa por mis pensamientos
como por un montón de velas apagadas
como por lluvia que pasó y todavía suena
hay letras de esta frase
que están más lejos de tus ojos
la palabra ayer no es más blanca
cuando la toca el pasado
y las luces son tan lentas que parecen sonidos
Mi respiración es ruido de olas abandonadas
y es el mismo desierto todos los espejos
y yo podría decir ¡mi alma!, etcétera
mi mirada es un espejo más cansado
y hablo como un teléfono
que suena en una casa sin nadie
la luz es oscuridad fría
y es el invierno un verano más lejano
el reflejo de mi rostro está en mis pupilas y no en el agua
y son los ecos reflejos ciegos
las cenizas alcanzan un montón de caras olvidadas
esas conversaciones entrelazadas
se mueven igual que el silencio
nuestras voces no son más largas
que la página en blanco
y no está más vivo quien cuya sombra
es la memoria de alguien más.



Tres

¿Hay cielo más allá de los días?
Yo no sé qué oscuridad
hay entre mis pasos y el abismo
no hay caminos hacia el último incendio
y aquí mis manos están en vez de la palabra viento
aunque hable más cerca de la lluvia
nuestras voces siguen estando quietas
el color negro es unas pocas lágrimas
y las ventanas tienen el mismo color
de los espejos que no están
los espejos también son luces apagadas
siempre son más las horas muertas
y la luz pesa más que todas las voces
qué mirada tan perdida el humo
Alrededor de tu boca
todavía no suena nada
Yo me quedo callado
hasta que ninguna tarde me rodea
tocado por los ojos ciegos
el sol es transparente
y no es más clara
la noche que está más cerca del sol
el péndulo que arrastra mis manos no está en ninguna parte
mi rostro está tan frío que nada lo refleja

La soledad es tan clara que he visto mi propia muerte
las cosas que no recuerdas son mi cuerpo
mis pensamientos son otro pasado

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